Te siento aquí
justo en mi pecho
deambulas sin permiso
siempre te siento.
Vas y vienes a tu antojo
dejas todo en desorden
sabes que te amo
¡aunque odiarte sea la orden!
De noche apareces
como en una melodía
mis ojos humedeces
¡te tengo en mi vida!
De día eres mi luz
esa lucecita incandescente
que atraviesa mi alma
y me nubla la mente.
En mi pecho anidas
no quieres salir
por más que te expulso
no te vas de ahí.
Mi ruido armonioso
que me hace sonreír
anulas mi dolor
¡mi corazón vuelve a latir!
Natalia Zamora Cepeda
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