Sunday, July 30, 2017

Los funerales del amor




El cielo sucio del creyón, el viento
sugeridor de danzas espectrales;
las montañas monstruosas en la cruda
pesadez de la atmósfera; las calles
sombrías y terribles con sus casas
húmedas y sus hórridos zaguanes
y con la pesadilla lujuriosa
de sus hombres sanguíneos y carnales.

Ella estará aburrida viendo tras los cristales
de su ventana, cómo van cuajando
las sombras de las nubes. El paisaje:
afilados cipreses, tierras blancas,
rocas de cal y caminos de almagre,
se rendirá en un bíblico sosiego,
y la pompa enfermiza de la tarde
perderá el oro vago de sus lustre
en las espesas brumas fantasmales.

Habrá una hilera lila
y en beatitud de tenebrosos frailes,
a cuyos puntiagudos cráneos secos
dará un macabro fósforo la tarde.
Entonces ella sentiros esqueléticos,
cirios gastados como ti
húmedas de rocío y de vinagre
Después, las blandas tierras removidas,
y el rumor de las palas implacables.
Se tapará los ojos
y una campana doblará en la tarde,
ombras pensativas
de los cipreses orarán los frailes.

Luego, la inanidad, los horizontes
inútiles, las torvas soledades,
afilados cipreses, tierras blancas,
rocas de cal y caminos de almagre,
y una luna sulfúrica y tremenda
toda bañada en sangre.

Luis Palés Matos
Guayama, Puerto Rico


Thursday, July 27, 2017

La Capilla del Cristo



Cuenta la leyenda que la Capilla del Cristo
 se erigió para honrar un milagro.

Dice la leyenda, que para los años 1750 más o menos, 
se había efectuado una carrera de caballos a 
lo largo de la calle Del Cristo. Uno de los participantes
 no pudo detener su caballo y se cayó por el precipicio.

 Don Tomas Mateo Prats, que era el secretario de 
gobierno para aquel entonces, invocó al
 Santo Cristo de la Salud y que el joven que cayó
 por el precipicio se salvó. Por agradecimiento al 
Santo Cristo de la Salud, Don Tomas Mateo Prats
 ordenó construir la Capilla.

La verdad, no es esa. Estudios recientes 
hechos por Don Adolfo de Hostos confirman
 que el joven que cayó por el acantilado, si murió, 
Y que Don Tomas Mateo Prats ordenó erigir
 la Capilla para evitar tragedias futuras.

En Leyendas de Puerto Rico


Saturday, July 22, 2017

"Soltar, dejar, partir"



"Todo vale la pena. Porque somos quienes somos por aquello que hemos vivido. Somos quienes somos por aquello que algunas personas dejaron en nosotros, pero somos absolutamente quienes somos gracias a aquello que hemos perdido, gracias a eso que ya no está con nosotros.

 Es tan fácil darse cuenta cuando a uno no lo quieren: basta con mirar al otro fijamente a los ojos. ¿Alcanza con verlo moverse en el mundo? ¿Es suficiente con preguntarle o preguntarme? Si así fuera, ¿como se explica tanto desengaño? ¿Porque la gente se defrauda tan seguido si, en realidad, es tan sencillo darse cuenta de cuanto les importamos o no les importamos a los que queremos? ¿como puede asombrarnos el descubrimiento de la verdad del desamor? ¿como pudimos pensarnos queridos cuando, en realidad, no lo fuimos? Hay aquí algo para aprender: nadie es mas vulnerable a creerse algo falso que aquel que desea que la mentira sea cierta.

Y es mentira que tenemos que cargar con cada cosa que hemos querido y valorado; y es mentira que debemos seguir adelante con todo lo de antes, con todo lo que ya no está. Perdemos. Perdemos no solo a través de la muerte sino a través del abandono, del cambio, a través de seguir adelante. Nuestras perdidas incluyen también nuestras renuncias conscientes o inconscientes: la perdida de los sueños románticos, la cancelación de nuestras esperanzas irrealizables, la perdida de las ilusiones de libertad, de poder, de seguridad y, porque no, tambien, la perdida de nuestra juventud.

Es imposible poder aceptar con una sonrisa todas las cosas que, lamentablemente, son ciertas e ineludibles. Hace falta aceptar la verdad que no queremos asumir de una vez y para siempre. Que nuestra madre va a dejarnos, y nosotros vamos a dejarla a ella, que el amor de nuestros padres nunca será exclusivamente para nosotros, que aquello que nos hiere no siempre puede ser remediado con besos, que esencialmente estamos aquí solos. Que tendremos que aceptar el amor mezclado con el odio, con lo bueno y con lo malo. Que a pesar de ser como se esperaba que sea una niña no podrá casarse con su padre, que alguna de nuestras elecciones estan limitadas por nuestra anatomia, que existen defectos y conflictos en todas las relaciones humanas. Que no importa cuan listos seamos, a veces nos toca perder. Habrá que aceptar que somos irremediablemente incapaces de ofrecer a nuestros seres queridos o a nostros mismos la protección contra todo peligro, contra todo dolor, contra el tiempo perdido, contra la vejez o contra la muerte.

Muchas veces la vida está relacionada con soltar lo que alguna vez nos salvó, soltar las cosas a las cuales nos aferramos intensamente creyendo que tenerlas es lo que nos va a seguir salvando de la caida.
 Imagínate que vas por una selva. Te encuentras un río y debes seguir tu camino. El río es muy profundo, no lo puedes cruzar caminando, no hay un puente ni un barco ni un botero ni un vado. Entonces, durante dias y dias, durante semanas o meses, te dedicas a construir un bote, un bote que te permita cruzar el río. Y lo haces. Y estas contento contigo al otro lado del río porque construiste tu bote que te permitió seguir. Y piensas: "quizás haya otro río", "quizás pueda evitarme el trabajo de seguir construyendo otros botes", "debo llevar el bote conmigo". Y entonces, intento avanzar por la selva cargando con él, pero es tan difícil, es tan complicado... Tropiezo con cada rama, me llevo por delante cada liana... Es imposible, pero persisto. No quiero dejar este bote después de todo, ha sido tan útil para mi. Y sin embargo, esto, que un dia me salvó, este bote que un día representó la posibilidad de seguir, hoy es mi mayor impedimento. Ser un adulto significará aceptar que soy capaz de hacerlo, una vez más. Significará dejar atrás aquello que hoy no me sirve, aquello que alguna vez me sirvió pero que hoy no tiene sentido en este camino. Y apostar, a que si hay un nuevo río, seré hoy más sabio para construir un nuevo bote.
No hay perdida que no implique una ganancia, un crecimiento personal, porque lo que sigue, despues de haber llorado cada perdida, despues de haber elaborado el duelo de cada ausencia, despues de habernos animado a soltar, es el encuentro con uno mismo enriquecido con aquello que hoy no tengo pero pasó por mi y también por la experiencia vivida en el proceso.

Me dirás, es horrible pensar que la muerte de un ser querido significa una ganancia para mi. Yo entiendo. Podria dejar fuera de esta conversación la perdida de un ser querido, podria ponerla en el casillero de las excepciones, pero no creo que lo sea. En todo caso, la muerte de un ser querido es un hecho inevitable en nuestras vidas, y el crecimiento que de ello deviene, también. No estamos entrenados a pensar que no debemos sufrir. Hemos sido educados por nuestros amorosos padres para convencernos de que sufrir es algo dañoso, que sufrir nos puede destruir, que el dolor puede aniquilarnos. Pero el dolor es tan saludable en nuestras vidas como lo es la tristeza. El dolor es tan constructivo como puede ser cualquier alerta de que algo se ha desacomodado. Es importante no transformar el dolor en sufrimiento. El dolor es el paso por un lugar no deseado; el sufrimiento es armar una carpa y quedarse a vivir en ese lugar indeseable. El duelo es el pasaporte que nos saca del sufrimiento y que permite que el dolor pase.
Pero es imposible dejar de desear y también es imposible poseer infinitamente y para siempre todo lo que deseamos. No somos omnipotentes, ninguno de nosotros puede ni podrá jamás tener todo lo que desea. ¿Existe la solución?

Yo creo que existe. Y creo que está a la mano para cualquiera. La posibilidad es aprender a entrar y salir del deseo, es desarrollar la capacidad de desear sin quedarse pegado a ese deseo, sin agarrarle como se agarra un alpinista a la soga que cree que le va a salvar la vida. Aprender es, sobretodo, aprender a soltar: soltar herramientas que ya no necesito, soltar personas que ya he perdido, soltar situaciones que se transforman, soltar vínculos que cambian, soltar etapas de la propia vida que han quedado atrás, soltar los momentos que han terminado... Y cada uno de ellos ha sido una perdida que hay que devorar, han sido etapas de mi vida que han pasado, y es mi responsabilidad enriquecerme al despedirlas.

"Gran maestro -dijo el discípulo- he venido desde muy lejos para aprender de ti. Durante años he estudiado con todos los iluminados y gurus del país y todos han dejado mucha sabiduría en mi. Ahora creo que tu eres el único que puede completar mi búsqueda. Enseñame, maestro, lo que me falta saber.

Baduín el sabio, siempre sereno, le dijo que tendria mucho gusto en mostrarle todo lo que sabia, pero antes de empezar iban a beber un té. El alumno, agradecido, se sentó junto al maestro. Baduín trajo una tetera y dos tazas de té, ya llenas. Alcanzó una de ellas al alumno y tomó la otra. Antes de que el discípulo empezará a beber, Baduín empezó a volcar más té en la taza llena del alumno. El líquido no tardó en derramarse al plato, y del plato a la alfombra. "¡Maestro, maestro, por favor deja de echar el té sobre mi taza!", dijo el alumno. Baduín parecía no escucharlo. Luego, lo miró a los ojos y le dijo: "hasta que no seas capaz de vaciar tu taza, ni yo ni nadie podremos poner más conocimiento en ella".
 Hay que vaciarse para poder llenarse. Una taza, dice Krishnamurti, solo sirve cuando esta vacía. No sirve una taza llena: no hay nada que se pueda agregar en ella.

 Esta es tu vida. Vas a tener que deshacerte del contenido de tus tazas llenas si quieres llenarla otra vez. Tu vida se enriquece cada vez que llenas una taza, pero también se enriquece cada vez que la vacías, porque cada vez que vacías tu taza estas abriendo la posibilidad de llenarla de un contenido nuevo. Y una de las tazas que más me cuesta vaciar, y que seguramente más te cuesta vaciar a ti, es la imagen que tenemos del mundo, porque queremos atenernos a que el mundo siga siendo como nosotros lo vimos, porque no queremos aceptar que el mundo cambia, no queremos aceptar que el mundo no es como yo quiero que sea y que esto implica un duelo. Si me animo a soltar el contenido de la taza de un sueño, quizás, pueda encontrarme en la mejor ruta para descubrir la verdad.
 Hamlet Lima Quintana escribió una poesía, "Transferencia", que dice:

"Después de todo, la muerte es una gran farsante.
La muerte miente cuando anuncia que se robará la vida,
como si se pudiera cortar la primavera,
porque al final de cuentas la muerte solo puede robarnos el tiempo,
las oportunidades de sonreír, de comer una manzana,
de decir algún discurso, de pisar el suelo que se ama,
de encender el amor de cada día,
de dar la mano, de tocar la guitarra,
de transitar la esperanza, solo nos cambia los espacios,
los lugares donde extender el cuerpo,
bailar bajo la luna, o cruzar a nado un río,
habitar una cama, llegar a otra vereda,
sentarse en una rama,
descolgarse cantando de todas las ventanas.
Eso puede hacer la muerte, pero robar la vida,
robar la vida no puede.
No puede concretar esa farsa porque la vida,
la vida es una antorcha que va de mano en mano,
de hombre a hombre, de semilla en semilla,
una transferencia que no tiene regreso,
un infinito viaje hacia el futuro,
como una luz que aparta, irremediablemente, las tinieblas."
 Claro que cuesta trabajo soltar aquello que no tengo, claro que es trabajoso poder desligarse y empezar a pensar en lo que sigue. Por supuesto, es el peor de los desafíos que implica ser un adulto sano y, sin embargo, no hay otro camino. Este es el coraje, esta es la fortaleza de la madurez, saber que puedo afrontar lo que me pase, que inclusive puedo afrontar la idea de que alguna vez, alguna vez, yo mismo, no voy a estar. Quizás pueda, por el camino de entender lo transitorio de todos mis vínculos, aceptar también algunas de las cosas que son más difíciles de aceptar; que no soy infinito, que hay un tiempo para mi paso por este lugar y por este espacio. Y, sobretodo, que debo hacer hoy las cosas que voy dejando de lado.

Creo que lo que más nos duele cuando un ser querido se muere es aquello que no le dijimos, es aquello que no le acercamos, es aquello que no nos dijo. Son esas cosas pendientes las que nos duelen con la muerte de aquellos queridos. Bueno sería a empezar a darnos cuenta que este es el momento, quizás mañana no estés, quizás mañana yo no esté. Hoy es el día de llamarte y decirte lo que siento.

La muerte de un ser querido, cualquiera que sea el vínculo, es la experiencia mas dolorosa que pueda pasar una persona. Toda la vida, en su conjunto, duele. Nos duele el cuerpo, nos duele la identidad y el pensamiento, nos duele la sociedad y nuestra relación con ella, nos duele el dolor de la familia y los amigos. Nos duele el corazón y el alma, duele el pasado, duele el presente, y, especialmente, duele el futuro.

Y la única manera es transitar ese dolor."

Jorge Bucay

Sunday, July 16, 2017

El Sueño

Imagen de http://decentscraps.blogspot.com/

Yo vi dos soles rojos dominando el espacio 

Perlaban en sus rayos las luces de topacio 

y tendí mis dos manos hambrientas de infinito 

para estrujar en ellas un inefable mito. 


Las dos pupilas rojas como rosas del cielo 

cegaron mis pupilas, soberbias en su anhelo 

de mirar cara a cara los toques de diamantes. 


Después, como un crujido de nudos que se quiebran.

Tempestades soberbias que en los mares se enhebran; 

parto de los dioses... Un quejido de dios... 

¡Y bocas que se muerden en un supremo adiós! 


Más tarde una sonata más dulce que la miel; 

agonía de lirios en el jardín aquel. 

palacio de oro y oro donde habita una maga 

que ha dormido cien años por maldición aciaga. 


Y después manos blancas desparramando rosas 

sobre el alma escondida y serena de las cosas. 

Y un silencio de muerte cansado y sepulcral 

donde se prende el lotus venenoso del mal. 


Y después la mañana que llega a los cristales 

del cuarto miserable donde muerdo mis males 

Y después otro día que se esboza en el lloro 

de mis días sin sol, de mis soles sin oro.


Alfonsina Storni

Thursday, July 13, 2017

TACHITO sobre la perfección




Había una vez, un niñito que se llamaba Tachito. Era morocho, de ojos picaros color celestes y unas pecas que le rodeaban la nariz. Era el encargado de cuidar las plantaciones de manzanas de la Finca “La esperanza”. Su obsesión por la perfección era tan grande que había logrado que todas las manzanas brillaran en sus ramas. Se levantaba muy temprano a la mañana para hacer sus tareas cotidianas y no terminaba hasta el fin de las tardes. Estaba orgulloso de su minuciosidad para cuidar de esos árboles que daban frutas tan apetitosas. Limpiaba de los árboles, las manzanas en mal estado, para que no desarmonizaran con el brillo de las otras colgadas. Todo era una obra de arte para el, un unísono de belleza lo tenia que rodear por doquier.

En una ocasión, una plaga amenazo la plantación, y las manzanas que solían lucir brillosas y redondas estaban marchitas y oscuras. Tachito no entendía que podría haber pasado. ¿Cuál era la plaga que amenazaba a sus plantaciones? Así fue como cada día, cada árbol presentaba manzanas estropeadas. Como Tachito no podía ver a sus árboles con semejantes manchas oscuras colgando. Sin pensarlo, recogió una por una las manzanas podridas hasta quedar sin aliento. Trabajo toda la noche sin conciencia, quedándose dormido sobre los cajones en mal estado. A la mañana siguiente, se levanto y al observar a sus árboles, se dio cuenta que estaban vacíos. ¡No colgaban manzanas apetitosas de ellos! ¿Cómo les explicaría a los dueños de la finca lo sucedido? ¿Cómo sobreviviría el invierno? ¿Cómo crecerían los árboles la próxima temporada? ¿Cuál había sido la peste que le había traído tanta infortunio?-Tachito agarro su sombrero de paja y se largo a llorar.

Al rato observa, que aun quedaba colgando de un árbol una manzana. Agarra la escalera de madera, para alcanzarla. Se acerca deseando que el brillo de esta opacara su desgracia. Al verla, se da cuenta que estaba fea. Cuando esta por agarrarla, un ruido en el interior de la manzana surge y lo frena.

¿Qué haces? ¡Todavía queres más! ¡No te ha alcanzado con lo que has hecho! No te das cuenta que tu obsesión porque todo sea perfecto hace que no aprecies la belleza de las cosas imperfectas. Esta manzana que queres tirar, junto a todas las otras, sigue siendo tan dulce como las que brillan. – dijo la gusanito Mariana.

¡Un gusano! ¡Lo único que faltaba! No solo mis manzanas están podridas sino que están invadidas por gusanos. Pero ¡Quien te has creído para hablarme así! No te das cuenta que yo soy el encargado del lugar y de mi depende que todo funcione.- contesta Tachito

Bueno si es por eso, yo soy la dueña de esta manzana. No te das cuenta que es mi casita, y sin ella no podría sobrevivir. Ya estamos cansados de tu control –dice la gusanito.

¿Cansados? Pero ¿quienes están cansados? Hablase visto, un gusanito contestatario, lo único que me faltaba para completar mi desgracia.

Si, ¡cansados! Dado que te has obsesionado en sacar todas las manzanas podridas con mis amigos gusanos, hemos tenido que estropear las que restaban. Si no lo hacíamos, nos moríamos por falta de alimento. Cantidad de familias han ido abandonando tus plantaciones por tu… como lo diría ¡Obstinación! ¡No te das cuenta de nada! Pero como se te ocurre hablarme así.- enojado le dice el nene.

Se me ocurre, porque si nadie te dice nada vas a seguir empeorando. Ah, me olvidaba de presentarme, mi nombre es Mariana. En la jerga de los gusanos, como te diría, soy la voz del pueblo. Mi idea no es pelearte sino ayudarte.

¡Ayudarme! ¿Pero como podrías? Toda la plantación que parecía que me traería la felicidad tan esperada porque seria la cosecha más buena de la región, se ha perdido. ¿Cómo podré enfrentar esto? Mis manzanas ya no sirven – dice Tachito con ojos tristes, lleno de lágrimas contenidas.

Porque no miras bien- le contesta Mariana

Miro, y miro y no se como he llegado a esto. Hace solo pocos días brillaban como corazones esmaltados colgando de las ramas. Y ahora no sirven para nada. ¡Miles de cajones a la basura !Bueno primero que nada escúchame. Porque tengo unas cuantas cosas que decirte, esta bien, pero déjame que te baje para que me pueda sentar, porque temo que me caiga de la escalera. “Madame”-dice Tachito. Acercándole el sombrero de paja, así es como Mariana, se sube al sombrero y baja con Tachito. Al ver la cantidad de cajones llenos de manzanas se da cuenta lo grave de la situación. Se sienta en un cajón vació y Tachito le acerca una de las manzanas “menos podridas” para que se acomode.

¿Estas cómoda? ¿Queres algo más? Perdón si la manzana no es tan buena pero es de las mejores que me han quedado.

Hum, no sos tan malo como pensaba. En realidad podría decirte que es como si vivieras en un mundo encantado donde todo tiene que ser perfecto. El mundo real es otra cosa. Cambia continuamente como la naturaleza. Tenes razón, pero ¿como podría cambiar? Yo solo se hacer las cosas bien sino creo que no sirvo para nada.

Es que en eso te equivocas, esta bien que hagas las cosas pero no podes controlar los resultados. Si actúas bien, espera, que seguramente tendrás tu premio. No dudes de tus buenas intenciones. Pero tenes que aprender a confiar más en lo que haces. Podría ser, por ejemplo, te tendrías que haber dado cuenta que las manzanas que no brillan tanto para vos, son los fertilizantes naturales de los árboles que tanto amas. Con el paso del tiempo, te quedaste solo con las manzanas perfectas, a las que cuidaste y amaste con pasión absoluta pero al solo focalizarte en ellas, no pudiste ver lo que te rodeaba. Muchos de mi especie emigraron a otras plantaciones. Nosotros, somos alimentos para los pájaros que traen semillas, que atraen mariposas que polinizan las flores que rodean a los árboles que les dan el abono que necesitan sus raíces para crecer mas fuerte. Todo es una cadena para un mismo fin. Nos necesitas como nosotros te necesitamos. En realidad, no me di cuenta de lo que hacia. Solo quería que mis árboles lucieran bellos, sin percatarme del fruto. Cuando el fruto era lo importante. ¡Muchas gracias Mariana!

De nada, y ahora es tiempo de irnos a dormir. Me llevas de vuelta a mi hogar, por favor.

Así fue como Tachito devolvió a la gusanito a la única manzana que había quedado colgando en su plantación, y se fue a acostar pensando en la lección de vida que le había dado. Esa noche tuvo un sueño muy extraño. Soñó que estaba en sus plantaciones, con los árboles llenos de manzanas podridas pero esta vez no las sacaba sino que las acariciaba, y al hacerlo estas se convertían en oro. Con solo tocarlas su piel se transformaba en el hermoso metal que brillaba. De esta forma, corría tocando con sus dedos el fruto de los árboles hasta quedar completamente dorados.

Al otro día ni bien se levanto, miro los cajones llenos de manzanas y decidió que era el momento de hacer una nueva selección. ¿Y saben lo que descubrió? La cosecha ya estaba lista y había sido provechosa. ¡Las manzanas no estaban podridas como el había creído! ¡Había más de lo que había pensado! Tuvo la posibilidad de llevar unas cuantas manzanas debajo de las frondosas ramas de los árboles para que fertilizaran la tierra y alimentaran a los amigos de Marianita que volvieron a su hogar. “La naturaleza es sabia”, pensó Tachito. Agarro su sombrero y se fue contento a mostrarle la cosecha a los dueños de la Finca. El trabajo estaba listo sin darse cuenta, ahora tendría tiempo para descansar.


Moraleja

Tachito aprendió que el secreto de la perfección se encuentra en la gran imperfección de la realidad. Por lo tanto, por más que quisiera controlar los resultados estos se le escapaban de las manos. La mayor plaga de su plantación había terminado siendo él mismo. Al no dejar que pasara nada que no fuera supervisado por él, Tachito suprimía las sorpresas que son el condimento indispensable de la vida.





Wednesday, July 12, 2017

Compromiso


Poner en juego nuestras capacidades para sacar adelante todo aquello que se nos ha confiado y nuestra conciencia ha aceptado.

Una persona comprometida es aquella que cumple con sus obligaciones haciendo un poco más de lo esperado hasta llegar al grado de sorprender, porque vive, piensa y proyecta sus energías para sacar adelante a su familia, su trabajo, su estudio y todo aquello que su reflexión le dicta.

Todos tenemos compromisos de diversa índole. Aún así, hay personas que esperan exista un contrato una promesa o una ineludible consecuencia para saberse en un compromiso. El verdadero compromiso nace desde nuestro interior y tiene como fundamento el conocimiento y la reflexión. No puede existir el compromiso desde la ignorancia.

El hecho de aceptar “formalmente” un compromiso, hace suponer que se conocen todos los aspectos, alcances y obligaciones que conlleva. La realidad es que creemos cumplir a conciencia por ajustarnos a un horario, obtener un sueldo, asistir a la escuela y estar un rato en casa. Casi siempre, la falta de compromiso se debe a descuidos un tanto voluntarios, pero principalmente a la pereza, la comodidad, el egoísmo y la ignorancia.

No basta con cumplir con lo previsto, lo estipulado, lo obvio... todo compromiso tiene muchas implicaciones, pensemos un instante en aquellos que son de los más importantes que tenemos:

Como padres de familia: No basta proporcionar los medios materiales; los hijos necesitan que los padres les dediquen parte de su tiempo para jugar, conversar y enseñar. ¿Cuántas veces hemos cancelado un compromiso personal para estar con la familia? Normalmente sucede lo contrario. Parte del compromiso de ser padres, implica buscar la amistad de los hijos.

Como esposos: Partiendo de la fidelidad como fundamento indispensable, hace falta avivar el amor y la comprensión, cuidar el aspecto personal ni más ni menos que antes del matrimonio, hacer pequeños obsequios, salir juntos al cine o a cenar, terminar una pequeña riña con un beso y un abrazo... Y tantos detalles que parecen olvidarse con el paso del tiempo.

Como hijos: Además de la sinceridad, el respeto, las faenas asignadas en el hogar y el esfuerzo en los estudios, ¿qué otras cosas haces? Los padres también necesitan cuidados, detalles de cariño, pequeños servicios y comprensión.

Como amigos: ¿Nuestras amistades son “utilitarias”?, es decir, si sólo recordamos a los amigos cuando algo se nos ofrece. La amistad se cultiva. El mutuo afecto es estar pendiente de su bienestar personal y familiar.

Como ciudadanos: Evitar la indiferencia, no podemos quejarnos de la situación actual del país o del mundo sin hacer algo para cambiarlo. Lo peor que nos puede suceder es creer que poco podemos hacer como si no fuéramos parte activa y necesaria del mismo. La reflexión nos dará la solución para poder poner nuestro compromiso para mejorar el mundo en el que vivimos.

Como trabajadores: No olvidar procurar un ambiente amable y las buenas relaciones. Parte de nuestro compromiso es la actualización de conocimientos para el perfeccionamiento profesional.

Estos son solo unos pocos. ¡Cuántos son los compromisos y cuántas cosas implican! Si parece mucho, hemos vividos con los ojos cerrados a la responsabilidad y pensando sólo en recibir beneficios, con el temor a dar más de nosotros mismos, a dar más de lo que recibimos. Seamos honestos, en esto no existe temor sino egoísmo.

La persona comprometida es generosa, busca como dar más afecto, cariño, esfuerzo, bienestar... en otras palabras: va más allá de lo que supone en principio el deber contraído. Es feliz con lo que hace hasta el punto de no ver el compromiso como una carga, sino como el medio ideal para perfeccionar su persona a través del servicio a los demás.

proyectopv.org




"El carácter nos saca de la cama, el compromiso nos mueve a la acción 
y la disciplina nos permite continuar" Zig Ziglar.

"Por todo lo que has perdido, has ganado algo más, y por todo lo que ganas,
 pierdes algo más" Ralph Waldo Emerson

"Tenga cuidado de no comprometer lo que usted más quiere con 
lo que quiere ahora" Zig Ziglar

Tuesday, July 11, 2017

EL PEREGRINO DE Maria Antonia Fernandez

http://photobucket.com/

Amaba el mar, esa criatura adorada y temida, imperturbable y eterna, observadora tenaz y constante de todas las épocas, de todas las razas, de todos los cambios sobre la Tierra

Su barco era su morada, su vida

Se compenetraba con el sonido del viento, con el movimiento constante de las olas, con el diálogo rugiente del mar, se identificaba con su superficie serena en calma.

Viajaba solo, pero no extrañaba compañía humana. Tan sólo cuando necesitaba reponer combustible y víveres, se acercaba a la costa. Entonces, echaba mano de su segunda pasión: la música. Tomaba su preciado violín, lo sacaba de su estuche acolchado en terciopelo rojo, se colocaba en una concurrida calle y extraía las más armónicas notas de esas cuerdas deseosas de vibrar. Entonces, se producía algo extraordinario: conectaba con el alma de cada transeúnte, con su esencia más profunda y despertaba los sentimientos más elevados,  Se convertía en un difusor humano del Amor Universal y un poderoso magnetismo atraía a la gente a escuchar y a sentir la música desde el corazón, facilitándose la restauración y sanación a través de este peregrino de la Luz. Nunca tuvo la necesidad de pedir nada. La generosidad brotaba, fluía de forma natural y recibía cuanto era preciso.

Concluido su trabajo, volvía a internarse en la grandiosa hospitalidad del mar y a fundirse con el sonido acompasado del vaivén de su barco.

Cuando ocurrió, no le sorprendió en realidad, ya lo esperaba: una intempestiva tormenta desató la furia de los vientos y zarandeó el frágil cascarón de madera del barco. Un crujido inconfundible desmembró la nave y él se precipitó desde la cubierta a esa masa de agua que, imperiosamente, lo llamaba a su seno.

Mientras iba hundiéndose desfilaron ante sus ojos todas las etapas de su vida, desde una agitada infancia y adolescencia hasta una sosegada madurez.

En la superficie del mar, el caos y el fragor de las olas amenazaban con engullir cuanto se pusiera en su camino; sin embargo, en la profundidad del mar, la quietud y la paz lo llevaban a otro nivel de comprensión de la realidad que estaba viviendo, a otro mundo interior donde nada externo podía perturbarle.

Siguió descendiendo, internándose en ese universo desconocido y al fin, pudo verla.

Una luz intensa, deslumbrante, color marfil lo atraía sin reservas y una cálida sensación de plenitud inundó su corazón. Ningún dolor, ni reproche, ni angustia, ni tristeza…sólo amor.

Había estado preparándose durante un largo tiempo para este momento.

Su cuerpo sería encontrado flotando a la deriva en cualquier playa cercana, pero ya no pertenecería a él, ya no se identificaba con él. Había traspasado el umbral de lo físico y estaría fundiéndose con la fuente creadora en esa maravillosa Luz que había conformado su verdadero ser en ese breve viaje por la densidad de la materia. Entonces, comprendería todos los misterios, todos los secretos, todas las verdades… Entonces, habría terminado su peregrinación y sería una partícula de Luz en estado puro.

Mª Antonia Fernandez


Friday, July 7, 2017

Perdonar es recordar sin sufrir

¿Perdonar es igual a olvidar? Perdonar es recordar sin sufrir 

Perdonar significa renunciar a la venganza. Perdonar es abandonar o eliminar un sentimiento adverso contra el hermano


En distintas situaciones de la vida, sufrimos ofensas, decepciones, tristezas o dolor provocados por otras personas. Esas sensaciones suelen ser difíciles de sobrellevar y aceptar. En ocasiones nos encerramos en ellas, y en otras, renunciamos al orgullo y buscamos la paz. 


Ante esto, surge la pregunta si perdonar es lo mismo que olvidar. El padre Sebastián García, de la Congregación Sagrado Corazón de Jesús en Capital Federal, dialogó con Radio María y reflexionó al respecto.


El Padre Sebastián indicó lo siguiente:


Hay tres dimensiones a considerar. 
La primera es que perdonar no es igual a olvidar. 
La segunda es tratar de no responder de la misma manera con el mal que me causaron. 
La tercera, es mirar la historia y dar gracias por las ofensas que sufrí, porque esconden un sentido redentor. 


El desafío al que nos invita Jesús es el de vivir reconciliados. En primer lugar, perdonar significa renunciar a la venganza. Es no devolver al mal que me han causado con otro mal mayor.


Que una persona perdone de corazón no significa que vaya a
 olvidar el daño causado. Cuando vemos situaciones de personas 
que nos han herido o lastimado, es muy difícil olvidar, 
pero la no capacidad de olvido no hace imposible el perdón, sino al contrario.
 Con esa herida en el corazón y en el alma, puedo ofrecer
 una primera instancia de perdón
Ante el recuerdo doloroso, está la opción de perdonar

Muchas veces no nos vamos a olvidar del mal que nos causaron
 o que causamos, pero podemos perdonar, que es la
 capacidad de recrear un vínculo y renunciar a pagar el mal con el mal.

Desde la mirada creyente, esas situaciones en que me han
 ofendido o lastimado son ocasión y posibilidad de nueva vida.
Yo le puedo dar gracias a Dios por las heridas de mi vida, por 
esta posibilidad de nueva vida, de ver desde una nueva perspectiva.

Si uno lee el Evangelio, ve que Jesús sufre las opresiones
 y las carga en su propia cruz. Si uno lo ve fríamente, 
perdonar no sirve. Pero si lo ves de una perspectiva de fe,
perdonar es el acto en el que más nos asemejamos a Dios.

Nos hacemos más seres humanos y cristianos en la medida
 en que más perdonamos. A veces tenemos que perdonarnos
 a nosotros mismos, porque Dios perdona todo.

¿Quién sufre: el que odia o el que es odiado?

El Padre Ignacio Larrañaga nos dejó una meditación sobre el 
perdón que vale la pena dejar como aporte en este espacio:
Pocas veces somos ofendidos; muchas veces nos sentimos ofendidos.
Perdonar es abandonar o eliminar un sentimiento adverso contra el hermano.

¿Quién sufre: el que odia o el que es odiado? 

El que es odiado vive feliz, generalmente, en su mundo. 
El que cultiva el rencor se parece a aquel que agarra una
 brasa ardiente o al que atiza una llama.
 Pareciera que la llama quemara al enemigo; pero no, se quema uno mismo.

El resentimiento solo destruye al resentido.

El amor propio es ciego y suicida: prefiere la satisfacción de la venganza
 al alivio del perdón. Pero es locura odiar: es como almacenar veneno en las entrañas.

El rencoroso vive en una eterna agonía.

No hay en el mundo fruta más sabrosa que la sensación de descanso 
y alivio que se siente al perdonar, así como no hay fatiga mas
 desagradable que la que produce el rencor. 
Vale la pena perdonar, así como no hay fatiga más desagradable 
que la que produce el rencor. Vale la pena perdonar, 
aunque sea solo por interés, 
porque no hay terapia mas liberadora que el perdón.


No es necesario pedir perdón o perdonar con palabras. 
Muchas veces basta un saludo, una mirada benevolente, 
una aproximación, una conversación. Son los mejores signos de perdón.


A veces sucede esto: la gente perdona y siente el perdón;
 pero después de un tiempo, renace la aversión.
 No asustarse. Una herida profunda necesita muchas curaciones.
 Vuelve a perdonar una y otra vez hasta que la herida quede curada por completo.

Padre Ignacio Larrañaga

Thursday, July 6, 2017

La Sentencia



Cuenta una antigua leyenda, que en la Edad Media un hombre muy virtuoso fue injustamente acusado de haber asesinado a una mujer. En realidad, el verdadero autor era una persona muy influyente del reino, y por eso, desde el primer momento se procuró un “chivo expiatorio”, para encubrir al culpable.


El hombre fue llevado a juicio ya conociendo que tendría escasas o nulas esperanzas de escapar al terrible veredicto: ¡La horca! El juez, también comprado, cuidó no obstante, de dar todo el aspecto de un juicio justo, por ello dijo al acusado: “Conociendo tu fama de hombre justo y devoto del Señor, vamos a dejar en manos de él tu destino: Vamos a escribir en dos papeles separados las palabras ‘culpable’ e ‘inocente’.


Tú escogerás y será la mano de Dios la que decida tu destino”. Por supuesto, el mal funcionario había preparado dos papeles con la misma leyenda: ‘CULPABLE’. Y la pobre víctima, aún sin conocer los detalles, se daba cuenta que el sistema propuesto era una trampa.


No había escapatoria.


El juez ordenó al hombre tomar uno de los papeles doblados. Este respiró profundamente, quedó en silencio unos cuantos segundos con los ojos cerrados, y cuando la sala comenzaba ya a impacientarse, abrió los ojos y con una extraña sonrisa, tomó uno de los papeles y llevándolo a su boca, lo tragó rápidamente.

Sorprendidos e indignados, los presentes le reprocharon,

“pero, ¿qué hizo? ¿y ahora?, ¿cómo vamos a saber el veredicto?”

“Es muy sencillo, respondió el hombre… es cuestión de leer el papel que queda, y sabremos lo que decía el que me tragué” Con un gran coraje disimulado, tuvieron que liberar al acusado y jamás volvieron a molestarlo

REFLEXIÓN

Por más difícil que se nos presente una situación, nunca dejemos de buscar la salida, ni de luchar hasta el último momento.

Muchas veces creemos que los problemas no tienen solución y nos resignamos a perder y no luchar, olvidando aquellas palabras que dicen: “Lo que es imposible para el ser humano, es posible para Dios”

No temas, Dios te concederá la estrategia que te conduzca a tu libertad.



Tuesday, July 4, 2017

La luna no se puede robar

Ryokan, un maestro zen, vivía de la forma más sen­cilla posible 
en una pequeña choza al pie de una monta­ña.
 Cierto día, por la tarde, estando él ausente,
un ladrón se introdujo en el interior de la cabaña, 
solo para des­cubrir que no había allí nada que pudiese ser robado.

Ryokan, que regresaba entonces, se encontró, con el ladrón en su casa.

"Debes haber hecho un largo viaje para venir a visitarme", le dijo, 
"y no sería justo que volvieras con las manos vacías. 
Por favor, acepta mis ropas como un regalo"

El ladrón estaba perplejo, pero al fin cogió las ropas y se marchó.
Ryokan se sentó en el suelo, desnudo,
 contem­plando la luna a través de la ventana.

"Pobre her­mano" 
 se decía.
 "Ojalá pudiese haberle dado esta maravillosa luna"

Cuento zen

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