Cada una de las personas con quienes nos cruzamos en la vida, son personas con las que previamente se dice que hemos establecido un “Acuerdo de Almas”. Es decir, en otro plano prometimos elegirnos y compartir un momento de la vida, modelar la experiencia, ayudarnos a evolucionar, ayudarnos a avanzar, buscarnos, encontrarnos.
Estos acuerdos son compromisos para hacer crecer nuestra alma al encontrarse con otra. Una vez pactado, si emprendimos nuestro viaje al mundo terrenal, esperamos de forma inconsciente esa alma con la que hicimos el pacto. Es el motivo por el cual en ocasiones, sentimos una extraña conexión con otra persona… como si ya nos conociéramos. Cada alma cuenta con su misión especial al encontrarse y elegir coincidir caminos con nosotros.
Así que recuerda, cada persona que conocemos, en situaciones buenas o malas, por un momento largo o un momento breve… cada relación que establecemos de la índole que sea, forma parte de una pequeña escena en el eterno conjunto, cuyo fin es el Desarrollo del Alma. Y estos encuentros son perfectos, aunque sea un encuentro doloroso o difícil de llevar.
De este modo, podemos asombrarnos y comprender el porqué no todas las personas forman parte de nuestra vida eternamente, sino que se van una vez que cumplen un propósito… finalmente ese es el acuerdo.
Algunos pactos son cortos y otros eternos… cada una de las personas entran en contacto con nuestra alma y la hacen crecer, evolucionar, por lo cual no podemos ver ningún encuentro como un error o un fracaso en la vida: es más bien una lección y todo siempre es elección.
Cada aprendizaje o lección, nos acerca más a nuestro rol… una aproximación a nuestra misión y a la realización del Plan Perfecto, para el cual llegamos a la vida terrenal. Nadie es un extraño, sólo falta recordar porqué hicimos ese Acuerdo de Almas y ubicar, no el por qué sino el para qué de nuestro cruce de destinos.
Y tú, ¿recuerdas nuestro acuerdo de almas?
Hoy te invito a conectar con tu corazón y mirar a todo ser que ha caminado a tu lado, con amor y agradecimiento y desde ese lugar, te permitas honrar al maravilloso y perfecto acuerdo de almas que has hecho con cada uno.
Y desde aquí deseo darte las gracias y honrar al maravilloso SER que eres, y agradecer por todo lo que me has dado y me has enseñado en nuestro caminar… agradecer y bendecir a todos aquellos que vendrán.
¡Feliz y disfrutada maravillosa vida para todos! ¡ES TIEMPO DE DESPERTAR! ¡ES TIEMPO SIMPLEMENTE DE ELEGIR SER FELIZ! Y entonces... ¿te atreves a ir por MÁS?
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