Sunday, June 20, 2021

Espantos de Agosto de Gabriel García Márquez

Imagen de: https://www.bancodeimagenesgratis.com/

Llegamos a Arezzo un poco antes del medio día, y perdimos más de dos horas buscando el castillo renacentista que el escritor venezolano Miguel Otero Silva había comprado en aquel recodo idílico de la campiña toscana. Era un domingo de principios de agosto, ardiente y bullicioso, y no era fácil encontrar a alguien que supiera algo en las calles abarrotadas de turistas. Al cabo de muchas tentativas inútiles volvimos al automóvil, abandonamos la ciudad por un sendero de cipreses sin indicaciones viales, y una vieja pastora de gansos nos indicó con precisión dónde estaba el castillo. Antes de despedirse nos preguntó si pensábamos dormir allí, y le contestamos, como lo teníamos previsto, que sólo íbamos a almorzar.

"Menos mal" dijo ella, porque en esa casa espantan.

Mi esposa y yo, que no creemos en aparecidos de1 medio día, nos burlamos de su credulidad. Pero nuestros dos hijos, de nueve y siete años, se pusieron dichosos con la idea de conocer un fantasma de cuerpo presente.

Miguel Otero Silva, que además de buen escritor era un anfitrión espléndido y un comedor refinado, nos esperaba con un almuerzo de nunca olvidar. Como se nos había hecho tarde no tuvimos tiempo de conocer el interior del castillo antes de sentarnos a la mesa, pero su aspecto desde fuera no tenía nada de pavoroso, y cualquier inquietud se disipaba con la visión completa de la ciudad desde la terraza florida donde estábamos almorzando. Era difícil creer que en aquella colina de casas encaramadas, donde apenas cabían noventa mil personas, hubieran nacido tantos hombres de genio perdurable. Sin embargo, Miguel Otero Silva nos dijo con su humor caribe que ninguno de tantos era el más insigne de Arezzo.

El más grande,  sentenció,   fue Ludovico.

Así, sin apellidos: Ludovico, el gran señor de las artes y de la guerra, que había construido aquel castillo de su desgracia, y de quien Miguel nos habló durante todo el almuerzo. Nos habló de su poder inmenso, de su amor contrariado y de su muerte espantosa. Nos contó cómo fue que en un instante de locura del corazón había apuñalado a su dama en el lecho donde acababan de amarse, y luego azuzó contra sí mismo a sus feroces perros de guerra que lo despedazaron a dentelladas. Nos aseguró, muy en serio, que a partir de la media noche el espectro de Ludovico deambulaba por la casa en tinieblas tratando de conseguir el sosiego en su purgatorio de amor.


El castillo, en realidad, era inmenso y sombrío. Pero a pleno día, con el estómago lleno y el corazón contento, el relato de Miguel no podía parecer sino una broma como tantas otras suyas para entretener a sus invitados. Los ochenta y dos cuartos que recorrimos sin asombro después de la siesta, habían padecido toda clase de mudanzas de sus dueños sucesivos. Miguel había restaurado por completo la planta baja y se había hecho construir un dormitorio moderno con suelos de mármol e instalaciones para sauna y cultura física, y la terraza de flores intensas donde habíamos almorzado. La segunda planta, que había sido la más usada en el curso de los siglos, era una sucesión de cuartos sin ningún carácter, con muebles de diferentes épocas abandonados a su suerte. Pero en la última se conservaba una habitación intacta por donde el tiempo se había olvidado de pasar. Era el dormitorio de Ludovico.

Fue un instante mágico. Allí estaba la cama de cortinas bordadas con hilos de oro, y el sobrecama de prodigios de pasamanería todavía acartonado por la sangre seca de la amante sacrificada. Estaba la chimenea con las cenizas heladas y el último leño convertido en piedra, el armario con sus armas bien cebadas, y el retrato al óleo del caballero pensativo en un marco de oro, pintado por alguno de los maestros florentinos que no tuvieron la fortuna de sobrevivir a su tiempo. Sin embargo, lo que más me impresionó fue el olor de fresas recientes que permanecía estancado sin explicación posible en el ámbito del dormitorio.

Los días del verano son largos y parsimoniosos en la Toscana, y el horizonte se mantiene en su sitio hasta las nueve de la noche. Cuando terminamos de conocer el castillo eran más de las cinco, pero Miguel insistió en llevarnos a ver los frescos de Piero della Francesca en la Iglesia de San Francisco, luego nos tomamos un café bien conversado bajo las pérgolas de la plaza, y cuando regresamos para recoger las maletas encontramos la cena servida. De modo que nos quedamos a cenar.

Mientras lo hacíamos, bajo un cielo malva con una sola estrella, los niños prendieron unas antorchas en la cocina, y se fueron a explorar las tinieblas en los pisos altos. Desde la mesa oíamos sus galopes de caballos cerreros por las escaleras, los lamentos de las puertas, los gritos felices llamando a Ludovico en los cuartos tenebrosos. Fue a ellos a quienes se les ocurrió la mala idea de quedarnos a dormir. Miguel Otero Silva los apoyó encantado, y nosotros no tuvimos el valor civil de decirles que no.

Al contrario de lo que yo temía, dormimos muy bien, mi esposa y yo en un dormitorio de la planta baja y mis hijos en el cuarto contiguo. Ambos habían sido modernizados y no tenían nada de tenebrosos. Mientras trataba de conseguir el sueño conté los doce toques insomnes del reloj de péndulo de la sala, y me acordé de la advertencia pavorosa de la pastora de gansos. Pero estábamos tan cansados que nos dormimos muy pronto, en un sueño denso y continuo, y desperté después de las siete con un sol espléndido entre las enredaderas de la ventana. A mi lado, mi esposa navegaba en el más apacible de los inocentes. Qué tontería – me dije –, que alguien siga creyendo en fantasmas por estos tiempos. Sólo entonces me estremeció el olor de fresas recién cortadas, y vi la chimenea con las cenizas frías y el último en la alcoba de la planta baja donde nos habíamos acostado la noche anterior, sino en el dormitorio de Ludovico, bajo la cornisa y las cortinas polvorientas y las sábanas empapadas de
sangre todavía caliente de su cama maldita.

Sunday, June 6, 2021

Decidir, elegir


                    
En la vida hay que decidir y hay que elegir. 
Y  en un mayor o menor grado, hay que dar cuenta de las razones que llevan
 a decidir sobre algo, personalmente y a los demás. 
No siempre sera así , pero si  exigen razones se deben dar, por la estima y el amor 
que se profesa hacia esas personas. Se le deben razones porque se les quiere.
 
No verlo así implica un inevitable distanciamiento, una lenta pero 
segura transformación en un 
"lobo solitario" que decide no depender de nadie porque no 
está para dar razones, un distanciamiento interpersonal fruto de
 la incomprensión que identificamos en los demás,  
con respecto a nosotros mismos, a los motivos que nos llevan a elegir y actuar. 

Una  actitud que implica que queremos que nos valoren, queremos evitar que nos configuren, nos sentimos incomprendidos, no aceptamos una realidad: vivimos rodeados de gente,  que da sentido a lo que somos, y sin nadie a nuestro alrededor no somos más que "todo" solipsista que ya no debe enfrentarse a este tipo de problemáticas, "que errónea actitud." 

Como yo elijo, no quiero eso, me enfrento al dilema  del yo y los demás. En consecuencia de mi elección (todo es elección), a veces, debo dar razones de mis porqués. Y luego hay que embarcarse en tratar de dar razones 
de nuestras decisiones y elecciones a los demás, 
si esas personas son importantes para nosotros , por lo tanto, es importante que  comprendan porqué hacemos o dejamos de hacer ciertas cosas

 Sin embargo no es explicar a cualquier persona,  solo si es una decisión importante para mi.   Por consideración , por respeto y por amor.  Todo esto, inevitablemente, abruma la mente y el espíritu, cansa, debilita. A esta difícil tarea se enfrenta aquel que no puede evitar depender de la "comprensión" (importante matiz, pues la aprobación en última instancia no importa) de los demás para estar plenamente seguro de tirar adelante aquello que, en el fondo, en su fuero interno ya ha decidido antes incluso de plantearse deliberarlo.

 Porque para uno mismo, la deliberación es, en el fondo, la intrincada y compleja red de autojustificaciones que fortalecen y dan sentido a lo que en un principio ya estaba claro,  en una actitud decisiva desde el mismo momento en el que aparecía la encrucijada. En el fondo, todo ya está decidido: solo cabe descubrir (o redescubrir) el porque de esa decisión ya existente.

Una actitud positiva, hasta cierto punto finalizada. Si estoy viviendo, debo elegir: el "deber" me obliga a ello. Así es la vida, a ello me obliga la situación llegado a este punto de la historia. No tomarla implica no moverme, no avanzar, quedarme quieto, esperar... 

pero, ¿esperar a qué? ¿a que alguien tome otro tipo de decisión que, a la larga, puede ser peor? ¿existe un miedo real al elegir por nosotros mismos y nos conformamos en que los demás elijan por nosotros? ¿hasta este punto rehuimos del vivir con toda su magnitud y problemática? 

Los hechos son los siguientes: todos elegimos, todos nos vemos afectados por nuestras elecciones y  afectamos a los demás con nuestras elecciones. Decidir no tomar una elección no cierra antiguas ni abre nuevas posibilidades, deja todo en el mismo punto en el que está, paralizado, sin vida... no hay un avance real, no hay una transitación por la vida misma. 

Decidir no tomar una decisión ya es decidir algo, hasta este punto nos vemos configurados por nuestras decisiones. ¿Qué es lo mejor que puedo hacer, en el amplio término de posibilidades de "mejor"? ¿Qué es, en un primer término, lo más adecuado que puedo hacer teniendo en cuenta lo que quiero hacer y lo que necesito hacer y qué es, en segundo término, lo más correcto que podría hacer para con los demás?

 Tomar decisiones, bajo deliberación, sospesando cuidadosamente lo bueno y lo 
malo, aceptando con gratitud y merecimiento lo bueno pero, de igual 
manera, aguantar también estoicamente las consecuencias malas que de 
ello se puedan derivar es la forma más valiente, más vitalista para transitar por el camino de la vida, y si de la vida es de lo que estamos hablando, adoptar una actitud que no sea vitalista no debe siquiera contemplarse. 

Las razones pueden ser lo más importante como trasfondo meramente racional pero, al fin y al cabo, acaban siendo lo que menos importa. Tratar de auto justificarse o justificar a los demás con porqués resulta absurdo, pero aun así  en ocasiones se muestra como algo necesario, algo que es necesario  hacer porque,  es muy importante que los planetas que orbitan alrededor del Sol de mi vida, que soy yo mismo, y se nutren tanto de mi como yo me nutro de ellos (soy Sol y soy planeta al mismo tiempo) no se ven afectadas por una  decisión  mal hecha.

Y en el fondo, no hay buenas o malas elecciones, solo elecciones que traen un tipo de consecuencias u otras. Es la vida misma, no se puede evitar. La complejidad de la vida en sus múltiples manifestaciones contempla este tipo de situaciones que, bajo el análisis racional, se muestran como grandes contradicciones en sí mismas. Es necesario y, al mismo tiempo, es absurdo. 

Y solo estoy hablando de decisiones... Solo eso, nada importante. O, quizá, lo más importante sea hablar de decisiones. Pero en lo más fondo del fondo, todo esto da igual, pues no debo tomar una decisión: desde el principio, la decisión ya estaba tomada.  ©Gül
 

La vida tiene muchas opciones,
No tienes que escoger siempre
La que parece mejor, sino la que
te haga feliz.


La intuición es el susurro del
alma. 
Krishnamurti
        


No puedes elegir si el día
esta nublado o soleado, 
pero si puedes elegir 
entre sufrirlo o disfrutarlo.
Elige!!!!!


Solo es cuestión de saber
elegir bien.


La toma de decisiones realmente exitosa
reside en un equilibrio entre pensamiento
deliberado e intuitivo. Malcom Gladwell
                  

Imágenes tomadas de la red. si alguna de estas imágenes es de su derecho favor de comunicarlo y será removida inmediatamente.

Friday, May 28, 2021

El Cristo de los Ponce


El Cristo de los Ponce por Cayetano Coll y Toste

A pesar de que el 4 de septiembre de 1511 los Oficiales Reales de Sevilla habían entregado a Juan Cerón, al ser repuesto en la Alcaldía Mayor de San Juan, por orden del Rey Fernando, siete ornamentos, imágenes, cálices y campanas para la iglesia de la Villa de Caparra, el gobernador Juan Ponce de León, que tenía que devolver, contra su voluntad, al teniente del Viserrey don Diego, las varas del gobierno en la incipiente colonia, quiso tener una imagen del Redentor para sí y su familia. El altivo Capitán de Mar y Tierra, en Boriquén, no quería nada que viniera por conducto de sus personales enemigos, Cerón, Díaz y Morales. Con tal motivo escribió a la Corte enviando buenos castellanos de oro a fin de adquirir un Cristo, que se le había de remitir en la primera oportunidad.


ll Los Oficiales Reales de Sevilla, en la Casa de Contratación, al visar las mercaderías de los tratantes de Indias, dieron «pase libre», sin imposición alguna, al Cristo que remitía al Conquistador de Sanct Xoan su amigo el Comendador de Lares, fray Nicolás de Ovando, que se encontraba por aquel entonces ya de vuelta en la Corte y había entregado el mando de la Española a su sucesor, el primogénito del gran Almirante.

El barco que conducía la Sagrada imagen, se hizo a la vela, cruzó la barra de Sanlúcar, llegó felizmente a Canarias, donde hizo aguada y fijó el rumbo al Oeste por aquel mar ya no tenebroso, en demanda de las islas de Barlovento. Este era el itinerario de la vieja travesía para la venida a las Indias Occidentales.

lll  Corría el mes de agosto de 1513 y La Buenaventura — este era el barco a que nos referimos anteriormente, con su capitán Juan Pérez al timón, llegó frente a Dominica, llenó de agua los barriles de entrepuente, se provisionó de leña y terció el rumbo al suroeste, para costear las islas menores de esta parte del archipiélago antillano y buscar las Cabezas de San Juan. Después, pasó la noche temporejando, como rezan las bitácoras de entonces; y, con el claror del alba, aprovechó el fresco terral que las costas cercanas le enviaban, para avanzar en su ruta en busca de Sanct Xoan.

A la siguiente mañana, amaneció el cielo color de panza de burro, y la brisa quedó entorpecida con fuertes ráfagas de viento, que venían del nordeste, La carabela tuvo que navegar de bolina, para evitar las peligrosas cabezadas que el oleaje y el viento la obligaban a dar. Cada vez el tiempo presentaba peor cariz y pronto tuvo que luchar el barco con uno de esos temibles ciclones que con frecuencia azotan nuestra isla.

Juan Pérez, diestro timonel, que no temía, como viejo lobo marino, ni al mar ni a las tempestades, quiso tomar puerto en la cala de San Juan, a pesar de lo encrespado del tormentoso oleaje, y para aproximar su barco a tierra tomó rizos y con el foque y la mayor aproó atrevidamente hacia la costa, en busca del fondeadero anhelado. Y al embocar La Buenaventura hacia la cala, rozó con violencia en la restinga submarina de la punta de Isla de Cabras, se despedazó la quilla rápidamente en aquellos bajíos.

El buque se detuvo, después del convulsivo estremecimiento, y se inclinó a babor. Y las fuertes corrientes, encontradas en aquellas restingas, con el viento furioso y el golpear incesante del impetuoso mar lo destrozaron en corto tiempo. Imposible socorrer a los náufragos, En la vorágine del océano desapareció en seguida casco y arboladura, carga y pasajeros. Rodó sobre las ondas un terrible y prolongado grito de angustias. Todo se lo había tragado el indomable elemento. El sordo mugir de la tempestad quedó imperando sobre la triste escena.

Sólo una caja se vislumbró que flotaba, a despecho del oleaje. Sobre el lomo de las ondas, se le veía aparecer y desaparecer alternativamente. En vano una onda se empinaba sobre otra onda para llevarla al fondo. Las olas no podían sumergirla. Poco a poco se fue aproximando aquel bulto hacia tierra y se entró por la Boca del Morro, replegándose a un remanso de la corriente, que se forma junto a las peñas de la derecha, y aún existe, y que viene a ser como una pequeñita ensenada, donde las olas, después de rugir y golpear en las rompientes coronándose de espumas, penetran mansamente en aquel recodo.

Allí fue recogida la afortunada y misteriosa caja por algunos vecinos, curiosos que presenciaban el naufragio, a pesar del mal tiempo; y uno de ellos dispuso, echándosela de autoridad, que fuese llevado aquel bulto a Caparra y que allí se sabría a quién pertenecía.

lV Tal como se acordó se hizo. La caja era de fresno y pronto el martillo y cortafrío dieron cuenta de sus clavos. Dentro del misterioso cajón venía una envoltura fuerte: era estopa de cáñamo, acorchada, de poca resistencia, fofa aunque gruesa, y que impidió que el agua del mar penetrase más adentro y dañase una cajuela de cartón fino, que contenía envuelto en algodones y tafetán de seda blanca, un Cristo Crucificado. Imagen que fray Nicolás de Ovando remitía a su amigo el Capitán del Higüey y Conquistador del Boriquén.

Recogió Juan Ponce de León la salvada imagen y una carta del Comendador, que con ella venía. Y por mucho tiempo se veneró con gran religiosidad la sagrada efigie primero en la Villa de Caparra, y después en el altar de la Capilla de Nuestra Señora de Belén en la iglesia de Santo Tomás de Aquino.

Los descendientes del Conquistador, y sobre todo, doña Isabel de Loaysa, fundadora y legataria de dicha capilla, siguieron venerando aquella imagen del Redentor; y el pueblo de San Juan rindiéndole ferviente culto. Se dice en los cronicones de aquella época, que hacía milagros; y se le conoció siempre con el nombre expresivo de El Cristo de los Ponce.



El tiempo ha tendido su fina red de olvidos sobre la milagrosa efigie, porque el tiempo obscurece o mata las mejores añoranzas. Toda la documentación particular del Capitán del Higüey se ha perdido. Sólo se ha salvado respecto al colonizador y primer gobernador de Puerto Rico, lo que se conserva, en el Archivo de Indias.

Actualmente en la iglesia de San José, que es la antigua Santo Tomás de Aquino, se venera una imagen del Redentor, que se llama El Cristo de los Ponce. Y existe la creencia popular, que este Cristo es el que se salvó milagrosamente en el naufragio de La Buenaventura.

Imagen de https://www.primerahora.com/noticias/puerto-rico/notas/

Saturday, May 22, 2021

Jardinero de la vida

 



Jardinero de la vida,

sembrando esta tu corazón inquieto,

la luz divina del amor.

Jardinero de la vida,

tú que regaste los surcos donde germinaron

las semillas, y los sentimientos nobles.

Tú que podaste las cosechas malas y también 

las flores marchitas.

Poda también los sentimientos malos, que

marchitan el amor y entristecen el alma.

Si llorando se riegan las flores, que alumbran

la dulzura del amor.

Llorando también se va el polen, de los

sentimientos puros de la vida.

Jardinero del amor,

que canta como las aves en tiempo de primavera.

Recoge el fruto sagrado que sembró tu tierno

espíritu.

Recoge el fruto sublime, que te da la madre

tierra,

Espárcelo por el mundo, por donde esta la

tristeza.

Por donde esta el sufrimiento.

Por donde este el hambriento.

Jardinero del amor,

que canta alegre y triste, lleva el mensaje

de la paz que calma los sufrimientos.

Lleva el mensaje y la luz, que le da fe al

hambriento.

No siempre se canta de alegría

ni se llora de tristeza.

ni tampoco el sol se oculta sin llevar la luz al 

día.

Jardinero de la vida,

que ves la noche y el día 

Si cantas por este mundo, lleva la paz y la

armonía.

Que tu canto triga el agua, para regar tu

jardín.

Y tu fruto calme el hambre

y así el mundo sea feliz. 

Thursday, May 6, 2021

Vivir el presente: Cuento Corto

 


Vivir el Presente

“Un hombre se le acercó a un sabio anciano y le dijo: -Me han dicho que tú eres sabio. "Por favor, dime qué cosas puede hacer un sabio que no está al alcance de las demás de las personas" El anciano le contestó: cuando como, simplemente como; duermo cuando estoy durmiendo, y cuando hablo contigo, sólo hablo contigo. Pero eso también lo puedo hacer yo y no por eso soy sabio, le contestó el hombre, sorprendido.

Yo no lo creo así, le replicó el anciano. Pues cuando duermes recuerdas los problemas que tuviste durante el día o imaginas los que podrás tener al levantarte. Cuando comes estás planeando lo que vas a hacer más tarde. Y mientras hablas conmigo piensas en qué vas a preguntarme o cómo vas a responderme, antes de que yo termine de hablar. El secreto es estar consciente de lo que hacemos en el momento presente y así disfrutar cada minuto del milagro de la vida.”

Saturday, April 3, 2021

Hay que sanar



Tuve que alejarme para sanar, porque eso hacemos los valientes, SANAR.
Sanar para no repetir los mismos errores.
Sanar para no matar mundos ajenos.
Sanar para no ensuciar otros corazones.
Sanar para no herir.
Sanar para no dar amor a medias.
Sanar para no ser conformista.
Sanar para darme cuenta que las flores crecen en los jardines y no en el desierto.
Sanar para no autodestruirme.
Sanar para limpiar mis adentros.
Y aunque mi garganta cargaba miles de nudos.
Y aunque creía casi imposible dejar viejas costumbres, quise sanar, porque eso hacemos los valientes.
¡Perdonar!
¡Soltar!
¡Amar!
¡Sanar!
Me falta mucho, el Universo sabe que todavía me falta, pero día a día voy quitando de mi piel aquello que me hizo sufrir.
Lo estoy haciendo
Lo hago

Sigo sanando por la persona más importante de mi vida,
¡Sigo sanando por Mi. Autor Desconocido




Sanar Frases:

El amor es el poder curativo más importante que existe.


Todo sanará. Tu cuerpo sanará. Tu corazón sanará. Tu mente también lo hará. Tu alma se reparará a sí misma y la felicidad volverá a tu vida. Los tiempos malos vinieron a enseñarte algo, no a quedarse.

"El deseo de curación siempre ha sido la mitad de la salud" Seneca

"La curación es cuestión de tiempo, pero a veces también es una cuestión de oportunidades" Hippocrates

"Toda sanación es primero una curación del corazón" Carl Townsend

 
Cada respiración y cada paso puede ser nutritivo y sanador. Thich Nhat Hanh


"Sanar no es solo curar el cuerpo físico,

Sino el ser holístico; físico, mental y espiritual.

Es recuperar la energía y el equilibrio interior"

Monday, March 22, 2021

Pensamientos


"Quédate con quien te da luz en ti=us dias mas ocuros"

 "Lo que viene siempre sera mejor"

Quédate con quien toca tu alma y abraza tu corazón"

       "El ahora es todo lo que hay, y el futuro es simplemente 
     otro momento para ser vivido cuando llegue"


"La esperanza es el medico de cada miseria"

Saturday, March 20, 2021

Equinoccio de Primavera



El equinoccio de primavera señala que el hemisferio norte del planeta ha comenzado a inclinarse lentamente hacia el sol, lo que deja días más largos y más luz solar, según la NASA.
Cuenta la leyenda que la Diosa Navia ,en esos días de Equinoccio, recorre los caminos haciendo brotar a su paso las fuentes de todos los rincones de la espesura, aumentando el caudal de sus ríos y dando vida y fuerza a cada planta, a cada uno de los árboles de sus bosques. Una fiesta de agua, sol y energía.

Es el momento del renacimiento. De recuperar la fuerza perdida después de la larga oscuridad del invierno. Para los seres humanos ,como parte viva de esa naturaleza, si sabes como integrarte en ella, se inicia igualmente el ciclo de recuperación de vida.
Ostara (Oh-star-ah) es el nombre de la Diosa virgen de la primavera en la antigua Alemania, de donde toma su nombre esta celebración. Ostara fue una de las festividades de gran importancia en Grecia, Roma, Alemania y las tierras Nórdicas, y es precisamente de estas culturas de donde provienen la mayoría de las costumbres de esta celebración.

Muchos de los mitos acerca del equinoccio tienen en común el retorno de algunas deidades de la Tierra de los Muertos de regreso a la Tierra trayendo consigo nueva vida, que es el motivo de esta fiesta

En Ostara, los antiguos alemanes celebraban a su Diosa de la primavera, Eoster, con grandes festivales y rituales. Los pueblos Nórdicos honraban a la Diosa Virgen y celebraban su encuentro con el Dios Joven. En las tierras Celtas se celebraba el Regreso de la Doncella después de su letargo invernal. En Inglaterra se honraba a las deidades jóvenes como el Señor de los Bosques y la Diosa Verde, una joven Diosa de la fertilidad que era al mismo tiempo virgen y madre

Fuente:

acovadameiga.com
CNN
mundoconsciente.es
Wikipedia


Frases de Primavera
"La primavera es el momento de los planes y proyectos" Leo Tolstoi

"Cuando se abre una flor, es primavera en todo el mundo" Alejandro Jodorowsky

"La primavera es la época del año en le que es verano bajo el 
sol e invierno a la sombra" Charles Dickens

"Siéntate en silencio sin hacer ruido, la primavera llega y la hierba 
crece por si sola" Proverbio

"Se volvió hacia la luz del sol, sacudió su cabeza amarilla y le 
susurro a su vecino, el invierno ha muerto" A.A.Milne


Sunday, March 14, 2021

El Sabio: Cuento

Cuentan que, en un antiguo reino, habitaba un hombre que era conocido en todas partes por su gran sabiduría. Al comienzo solo aconsejaba a sus familiares y amigos cercanos. Sin embargo, su fama creció tanto que el propio soberano lo llamaba frecuentemente para consultarlo.

Todos los días llegaban muchas personas a recibir sus sabios consejos. Sin embargo, el sabio notó que había varios que iban todas las semanas.  Lo peor es que siempre le contaban los mismos problemas y luego  escuchaban el mismo consejo, pero no lo ponían en práctica. Todo se había convertido en un círculo vicioso.

Un día, el sabio reunió a todos esos consultantes frecuentes. Luego les contó un chiste tan divertido, que llevó a  casi todos desternillarse de la risa. Después esperó un rato y volvió a contar el mismo chiste. Siguió contándolo por tres horas. Al final, todos estaban desesperados. 


Entonces el sabio les dijo:
 “¿Por qué no pueden reírse varias veces del mismo chiste,
 pero sí pueden llorar mil veces por el mismo problema”.

Wednesday, March 10, 2021

"No te rindas"

         

No te rindas, aunque frío queme, aunque el miedo muerda…..


No te rindas, aún estás a tiempo de alcanzar y comenzar
 de nuevo, aceptar tus sombras, enterrar tus miedos, 
liberar el lastre, retomar el vuelo.

No te rindas que la vida es eso, continuar el viaje, 
perseguir tus sueños,  destrabar el tiempo, 
correr los escombros y destapar el cielo.

No te rindas, por favor, no cedas, aunque el frío queme, 
aunque el miedo muerda, aunque el sol se esconda 
y se calle el viento.
 Aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tus sueños.

Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo, porque
 lo has querido y porque te quiero, 
porque existe el vino y el amor, es cierto. 
Porque no hay heridas que no cure el tiempo.

Abrir las puertas, quitar los cerrojos, abandonar las murallas 
que te protegieron, vivir la vida y aceptar el reto.
 Recuperar la risa, ensayar un canto, bajar la guardia
 y extender las manos, desplegar las alas e 
intentar de nuevo, celebrar la vida y retomar los cielos.

Porque cada día es un comienzo nuevo, porque esta es la hora y 
el mejor momento, porque no estás solo, porque yo te quiero.

Mario Benedetti.