Cuenta la leyenda que tras la llegada a Jaén de un noble y rico capitán de los tercios de Flandes,llamado Diego de Osorio, siempre uniformado de gala, con una mirada penetrante,rostro de tez morena y el pelo oscuro de color azabache, el cual traía locas a todas las mujeres en edad de casamiento por su porte,riqueza y brava fama.
Hablándose de él en todas las calles cuando salía a pasear por la villa al cual todas las hermosas damas que se le rendían a sus pies,el apuesto galán se enamoró intensamente de una joven llamada Doña Beatriz de Uceda de esbelta figura y belleza inigualable,noble,sincera y dulce como la miel.
El galán tuvo mil detalles con ella,flores,joyas y mil cartas de amor que le mandara con letra delicada y versada.
Pero ella nunca le correspondió ya que su corazón estaba ocupado por otro caballero llamado Don Lope de Haro.
Tantos fueron los detalles y la insistencia que el capitán tuvo con la dama y la presión que hizo la famila de doña Beatriz contra la chica,por el buen patrimonio que el capitán poseía que la convencieron para que ella se casara con él aún sin estar enamorada,olvidando así el amor que tenía en su corazón hacia Don Lope.
La boda se celebró por todo lo alto,sin escatimo alguno y con las mejores galas y manjares de la época.
Beatriz se volcó en cuerpo y alma en hacer feliz a Don Diego,pero Don Diego con el paso se los años se refugió en el juego,en la bebida y en la lujuria con otras mujeres, volcando su vida en borracheras y juegos en tabernas y fondas de la villa,gastando entre apuestas toda su fortuna.
Un día en medio de un juego de cartas,mandó a su sirviente a que fuera a su casa y que le pidiera a Doña Beatriz la alhaja que él le regalo en señal de matrimonio, llegando este a la casa dió el mensaje a Doña Beatriz, escuchando esta el relato de boca del sirviente asombrada.
Diciéndole esta que si el señor Don Diego quería la joya a la que tanto cariño le tenía,fuera él el que se la pidiera en persona y que lo esperaría para ello delante de la pica qué hay en la plaza del Pósito donde mil veces habían quedado.
Volviendo el sirviente a la tasca le trasladó a Don Diego el mensaje de doña Beatriz,lo que hizo que los presentes rompieran en carcajadas,quedando Don Diego ridiculizado y avergonzado por las risas de los presentes.
Salió de la tasca este con paso firme y enfurecido dirigiéndose a la plaza del pósito donde su amada lo había citado y dónde lo esperaba de pie ante la pica de piedra que hay en el centro de la plaza.
Llegando este donde ella lo esperaba, Don Diego le pidió la joya y ella extendió su mano dejándola caer en su mano izquierda , aprovechando este la acción de sumisión para clavarle con la mano derecha una pequeña daga en el estómago quitándole la vida a la que un día fue su amada, dejándose caer sobre la pica que dejo ensangrentada por los borbotones que salían de su estomago.
Lo ocurrido pronto llegó a los oidos de Lope de Haro, antiguo enamorado de Doña Beatriz.
Este retó a Don Diego en un duelo a muerte a espada en la misma plaza del Pósito donde perdió la vida la bella dama.
El duelo se llevó acabo en la plaza perdiendo Don Diego la vida a espada delante de la misma pica donde él mismo le arrebató de la misma forma la vida a la bella Beatríz.
Don Lope arrepentido por haber dado muerte a don Diego exclamó las palabras "pater noster"en acción de pedir perdón por lo cometido.
Dice la gente que los días en los que se cumplen los aniversarios de la muerte de Doña Beatriz y Don Diego, al caer la noche se puede ver la silueta de un hombre con ropa oscura que arrodillado a los pies de la pica,pide piedad por la alma de su amada Doña Beatríz y perdón por haber dado muerte al cruel Don Diego de Osorio.
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