Algo sin sentido: un domingo por la tarde. Voy a buscarle un sentido
"Mi mundo interno es muy caótico y complejo": Tomo esto como una sentencia absoluta, una certeza a la que me ha traido el continuo interrogamiento a mi mismo. ¿Será que es así? ¿Será que pienso que es así? ¿Será que quiero que sea así? ¿Será, en el fondo, un mundo muy ordenado y sencillo? En un sentido temporal (interrogarme en distintos momentos de mi vida) me doy cuenta que varia la certeza que tengo de las cosas que conforman mi vida. Hay ciertos momentos en los que las certezas son mayores, y otros en que son completamente inexistentes. ¿A qué se debe el cambio en la concepción que uno tiene de sí mismo, de sus formas de ser y sus motivos de ser, en función del momento en el que uno se valore? ¿Como alguien puede estar seguro de algo que en un momento es reconocido de la forma que sea pero que luego se muestra cambiante, que en un momento dado es algo y en otro no es nada, que en un momento dado es y en otro no es? Ejemplo práctico: "si se puede definir de alguna forma lo que siento es que me gustaria
a pasar más tiempo contigo, pero esto no es definitivo en mi querer, no es una certeza absoluta -siendo consciente de la posible transformación/alteración en el sentir algo (involuntario) y el querer algo (voluntario)-. ¿Cuando puedo estar seguro de algo que no sea algo cambiante? ¿Se puede estar seguro del cambio?
Me doy cuenta de la contradicción que soy. Me incluyo dentro de los seres humanos por lo que derivo que, posiblemente, el ser humano sea una contradicción. ¿Hasta que punto es consciente de su contradicción, en un sentido de que no siempre se es, de puertas afuera, lo que se siente, de puertas adentro?. No se trata de una cuestión de falta de sinceridad de uno mismo con la manifestación externa del mundo interno, que es quienes somos, creo yo. Se trata de algo más complejo a lo que merece la pena echarle un ojo. Se da una dualidad, el "yo interno" y el "yo externo", el yo que piensa y el yo que actua, la gran mayoria de las veces (que no es siempre) en una flagrante y completa contradicción. Escribo esto porque necesito saber como es posible que se de esta contradicción en lo que se ve y lo que no se ve, pues en mi caso todo se ve pero en su manifestación implica una interpretación externa que accentúa la contradicción al hacerseme saber que así se da, reinterpretada, violada la acción pura de uno a través del ojo ajeno, que interpreta y valora internamente, y manifiesta de nuevo retornándole un sentido a veces muy distinto del que era su objetivo original. Es un ciclo: se piensa y se hace (se da), o se hace sin pensar (también se da), se interpreta multidireccionalmente, de puertas adentro y desde fuera, y, en el primero de los casos, la interpretación siempre retorna o, en realidad, nunca sale sino que permanece, y en la segunda pues a veces, y esto... Esto ha de dar que pensar cuando es así y se toma conciencia de la contradicción en el ámbito de lo que los demás ven. ¿Debe importar eso?
La cuestión es: me veo, me digo que me veo, o me convenzo diciéndome que me veo de una forma determinada: "soy así", y trato de comprender las implicaciones que conlleva este "ser así", en un sentido multidireccional, de puertas adentro y de puertas afuera. ¿Hasta qué punto el "gnosce te ipsum" (conócete a ti mismo) es necesario en un todo global que implique ambas direcciones, para dentro y para fuera? Creo que lo es única y exclusivamente en un sentido de toma de consciencia del "como uno es" y, en una de sus posibles aplicaciones, un conocimiento del "como uno va a actuar". Y esto, al mismo tiempo, no tiene sentido, pues presuponiendo esto uno deberia actuar, manifestar, lo que es, siempre. Pero muchas veces no es así, así que fuera de esto, el gnosce te ipsum es una especie de quimera: es imposible que uno pueda verdaderamente conocerse, pues uno siempre puede llegar a sorprenderse a si mismo actuando de una forma completamente distinta e inaudita a la que previamente, presuponiendo tal autoconocimiento, uno diria que iba a actuar. ¿Qué posibilita el llegar a pensar que esta imposibilidad pueda llegar a ser posible?
Hay gente que me dice: "pues yo cuando he de decir algo lo digo, y punto". Claro, yo también, continuamente. La gran mayoria de veces es así, y no seria un ser que vive momentos verdaderamente vivos, espontáneos y sinceros, si así no fuera. "Vivir" conlleva eso. Hay momentos en los que el pensamiento queda relegado a un segundo plano, no se contempla o se elimina, y, sencillamente, se dice lo que se siente, sin pensarlo o no ser "muy consciente" de ello ni de la amplia gama de posibilidades que pueden derivarse de todo ello, nuestra mente no lo abarca todo, se desconecta ante el momento. Uno no se ve a sí mismo en esos momentos, simplemente se es, el autoreconocimiento es posterior. No se desplaza etéreamente al instante de su masa de carne humana para verse a si mismo actuando en tal o cual situación y valorando si es o no es lo correcto decir o hacer lo que sea en ese momento dado como si fuera juez de si mismo o juez de la posteridad de lo que uno será (lo que uno hará) en un futuro. Somos así, en general. Seres espontáneos en lo que, al fin y al cabo, es lo que para mi son los momentos más importante de la vida, que son los momentos de improvisación y alejamiento del pensamiento, los que se viven con más frecuencia y de los que se derivan los recuerdos. Pero, entonces ¿pensar es contrario a los momentos verdaderamente vividos? ¿pensar es salirse de "la vida"? ¿pensar es "no vivir"?
Pensar, en general, es algo que se da en los seres humanos, a veces, anteriormente al acto, y poco durante el mismo; pero se da siempre posteriormente, al menos en mi caso. "Decir o hacer algo" y pensar en ello al isntante (implicando lo que implica el pensar, la toma de conciencia) se da muy pocas veces , pues mientras se vive cuesta pensar, mientras estamos situados dentro del "viviendo". Pero, ¿si de lo que se trata es de vivir, de vivir auténticamente, de que sirve el pensar, si pensar comporta momentos de alejamiento de uno mismo, son momentos situados "más allá de la vida", tal y como la comprendo? Pensar, pues, creo que es algo que debe darse siempre en mayor o menor medida en este sentido de distanciamiento de uno mismo para un intento de comprensión, pero mayoritariamente en una situación posterior al acto vivido de forma espontánea con verdadera sinceridad y compromiso con lo que implica el vivir. Siempre deberia realizarse el ejercicio nada sencillo pero muy recomendable de la reflexión ante algo ya vivido. La posibilidad de pensar sobre algo, en el ámbito de "tratar de comprenderlo" y aprender sobre ello, está presente en mi y en los humanos con el objetivo de tratar de dar un sentido a nuestros actos, de tratar de ofrecer algun tipo de certezas, aunque estas esten sujetas al cambio, cambio que siempre actua y al que no hay que tener miedo. En todo caso, la certeza de hoy será el aprendizaje del mañana.
Este es el sentido que pretendía encontrar. El sentido que pueda encontrarse en una tarde de domingo.
Autor desconocido
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