Saturday, January 20, 2024

Gratitud: Cuento Corto



Había una vez un Zar que se encontraba muy enfermo. Un día no puedo más y en su desesperación por librarse de ese mal que le aquejaba desde hacía ya mucho tiempo pronunció las siguientes palabras:

“Daré la mitad de mi reino a quien pueda curarme”

Todos los médicos y sabios se reunieron para intentar curar al zar, mas no encontraron remedio alguno.

A punto de darse por vencidos, uno de ellos exclamó: ¡Hay una forma de curar al zar!, los demás médicos y sabios lo miraron con asombro y preguntaron: “¿cuál es la solución?”, el sabio respondió: “si logramos encontrar a un hombre de emociones positivas que sea verdaderamente feliz, basta con quitarle su camisa y ponérsela al zar para que se cure.”
Se requería un hombre feliz

Entonces el zar hizo buscar en su reino a un hombre verdaderamente feliz. Los enviados del soberano se esparcieron por todo el reino, pero no pudieron hallar al afortunado hombre. Uno era sumamente rico, pero estaba enfermo, otro gozaba de plena salud, pero era pobre, otro más era rico y sano, pero se quejaba de su mujer y de sus hijos, en fin, a todos les faltaba algo para ser verdaderamente felices.


Cierta noche el hijo del zar pasaba afuera de una choza muy sencilla y escuchó que adentro alguien exclamaba: “Gracias Dios mío porque tengo todo para ser feliz. He trabajado y he comido bien. Nada me falta.” El hijo del zar se sintió lleno de alegría y mandó a sus sirvientes a que le llevaran la camisa de aquel hombre, a quien en cambio había que darle cuanto dinero exigiera.

Se dirigieron a toda prisa a la choza para quitarle la camisa al hombre feliz, pero grande fue sorpresa pues éste hombre era tan pobre que no tenía camisa. :

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