Se cuenta que Cibeles creó esta bella flor para poder vengarse de la diosa Afrodita, puesto que sólo la belleza de la rosa podía compararse y competir con la belleza de la diosa del amor, por eso fue consagrada a Afrodita.
El perfume de esta flor, junto con su hermosura, son el símbolo del amor,
y sus espinas representan el dolor y el daño que causa el amor,
las heridas que éste puede abrir.
La sonrisa de Eros dio lugar al nacimiento de la rosa, o bien cayó de los cabellos de la Aurora, diosa del alba, cuando se estaba peinando. En la mitología romana se atribuye al dios Baco, dios del vino, la aparición de las rosas. Y una leyenda de los países rumanos narra la historia de una hermosísima princesa que se bañaba en un lago, el sol se detuvo durante tres días para contemplar a la joven; cuando Dios advirtió el
peligro que corría el orden del universo, convirtió a la princesa en una rosa
y obligó al sol a continuar su camino.
Se dice que por esta razón las rosas agachan sus cabezas
y se sonrojan cuando el sol sale en su busca.